sábado, 24 de noviembre de 2007

Extracto de "Pirómides" de Terry Pratchet.

...Arthur entró en la habitación caminando de espaldas y tirando de un chivo muy grande que no parecía tener demasiados deseos de estar allí. El chivo se resistió ferozmente cada metro del pasillo que se extendía entre las dos filas de camas.
Los chicos observaron en silencio a Arthur durante los minutos que tardó en atar el animal a los pies de su cama con una cuerda, meter las manos dentro de la bolsa y sacar de ella varias velas negras, un manojo de hierbas, un collar de cráneos y un trozo de tiza. Arthur cogió el trozo de tiza y sus rosados rasgos adoptaron la expresión entre tozuda y concentrada de quien se dispone a hacer lo que sabe es correcto pase lo que pase.
Arthur dibujó un doble círculo alrededor de su cama, puso sus regordetas rodillas sobre el suelo y empezó a llenar el espacio existente entre los dos círculos con la colección de símbolos ocultos más desagradables y repulsivos que Teppic había visto en su vida. Les dio los últimos retoques, los examinó hasta convencerse de que no les faltaba ningún detalle, colocó las velas en puntos estratégicos del círculo y procedió a encenderlas. Las velas chisporrotearon y empezaron a desprender un olor que te sugería que dormirías mucho mejor si no sabías de qué estaban hechas.
Después alargó la mano hacia el montón de objetos que había encima de la cama, cogió un cuchillo de hoja corta y mango escarlata, fué hacia el chivo...
Una almohada cruzó los aires y chocó con su nuca.
-¡Vale ya, bastardo santurrón!
Arthur dejó caer el cuchillo y se echó a llorar. Broncalo se irguió en la cama.
-¡Has sido tú, Pesthilencio!- Exclamó.- ¡Te he visto!
Phestilencio, un chico pelirrojo bastante flaco cuya cara parecía una peca gigante, intentó fulminarle con la mirada.
-Bueno, esto es increíble - dijo-. ¡Quiero dormir! Y con tanta ceremonia religiosa suelta por aquí no hay forma de pegar ojo...
-¡Cierra el pico, Phestilencio!- gritó Broncalo-.
(...)
Teppic aprovechó la confusión para ponerse de pié e ir hacia Arthur, quién se había sentado en el borde de su cama y seguía sollozando.
Teppic le dio unas palmaditas en el hombro. No sabía si servirían de mucho, pero se suponía que consolaban a la gente que tenía problemas.
-Yo no lloraría por eso, jovencito.-gruñó.
-Pero... pero... ¡Todas las runas se han borrado!- gimió Arthur-. ¡Es demasiado tarde! ¡Y eso quiere decir que el Gran Orm vendrá a buscarme en la hora más oscura de la noche y enrollará mis entrañas alrededor de un palo!.
-¿Estás seguro?
-¡Y mi madre me ha dicho que me sacará los ojos antes!.
-¡Caramba! - exclamó Teppic, poniendo cara de fascinación-. ¿De veras? - Su cama se halaba situada justo enfrente de la de Arthur y Teppic pensó que estaba de suerte... ¡Asistiría al espectáculo en primera fila!- Oye... ¿Qué religión practicas??
-Somos Ormitas Estrictos Autorizados- dijo Arthur y se sonó la nariz-. Me he dado cuenta de que no has rezado - siguió diciendo-. ¿No tienes ningún dios?-
-Oh, claro que sí- Respondió Teppic con voz algo vacilante-. Puedes estar seguro de que lo tengo.
-Pues no parecer querer hablar con él.
Teppic meneó la cabeza.
-No puedo, al menos no aquí... No podría oírme, ¿Entiendes?
-Mi dios puede oírme donde esté.- Dijo Arthur con fervor.
-Bueno, pues el mío empieza a tener dificultades cuando me voy al otro extremo del cuarto. A veces puede ser realmente molesto.
-¿No serás Offliano, verdad?- Preguntó Arthur.
Offler era un Dios Cocodrilo, y no tenía orejas.
-No.
-Entonces, ¿A qué dios adoras?.
-Adorar no es la palabra adecuada- replicó Teppic sintiéndose un poquito incómodo- No, no creo que se pueda decir que lo adoro. Entiéndeme, le tengo afecto y todo eso, claro, pero... Bueno, ya que quieres saberlo, es mi padre.
Arthur le contempló con los ojos desorbitados.
-¿Eres hijo de un dios?
-En mi país todo eso forma parte de ser rey, no tiene que hacer gran cosa. Los sacerdotes se encargan del y la administración. La tarea principal de mi padre es asegurarse de que el río se salga de su cauce cada año. ¿Entiendes? Ah, sí, y también celebra los ritos de la Gran Vaca del Arco Celeste. Bueno, al menos solía hacerlo...
-La Gran...
-Me refiero a mi madre -Explicó Teppic-. Oye, apenas nos conocemos y todo esto me resulta un poco embarazoso.
-¿Y castiga a los incrédulos fulminándolo con sus rayos?
-No lo creo. Al menos nunca me ha hablado de ello.
Arthur volvió la cabeza hacia los pies de la cama. El chivo había aprovechado su descuido para roer la cuerda con los dientes y estaba trotando hacia la puerta del dormitorio, jurándose que en el futuro intentaría evitar hasta el más mínimo contacto con la religión.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda Pratchet tiene mucha imaginaci�n... ultimamente mi familia ha estado haciendo mucho ruido y no me deja leer en paz :(
Me urge ke me secuestren!


PD: Te Odio! ^^

"AVISO IMPORTANTE: Sus mensajes de odio s�lo servir�n para elevar mi ego". !!!!!!
besos!

Anónimo dijo...

Una palabra: Craptacular

El Reddoxxo

Alviseni dijo...

por lo del sax, bueno barato, sé que los marca "monique" son los más baras (y corrientes) cuestan como entre 3 y 4 varos. hay otros, cuya marca no recuerdo, que tambien, tenors, son baratos, como 4000. en las tiendas de instrumentos musicale que hay en el centro. el mio es marca júpiter, s bueno para no ser profesional. de hecho ya le compuse lo que tenia, no era la llave, solo un pedacito de corcho de los que tiene el sax en varios lugares. be well.